Me voy a liberar un poco con mi querido chocolate. No es que me prive demasiado, porque mi onza después de comer, como mis queridas amigas Cristina o Belén, no me la quita nadie pero algo de atención ya hacía... Y es que menudo disgusto me dieron con la primera prueba del traje. Sencillamente, no me venía. Y no me venía de ¡2 cm! ¿Qué las novias adelgazan con los nervios? Yo no. O eso pensaba, porque hoy me he dado la alegría de probarme un vestido que tenía del año pasado y me vale; seguro que me tomaron mal las medidas :) Adelgazar no, pero por lo menos estoy igual. Así que, con algo lo tendré que celebrar... Quizá mañana lo haga como se merece un acontecimiento similar, esta vez sin chocolate pero con algo tan bueno como un "pain au raisins". Para los que aún no conozcáis París, apuntadlo junto con los croissants, pan de chocolate y demás. Un croissant aquí es muy muy crujiente, capas y capas que hacen cras, cras, cras... El pan au raisins (pasas) está hecho con la misma masa y un poquito de crema. Ummm! Rico, rico.
Demasiado golosa. Sin embargo, el postre de la boda queda aún por decidir. Y no lo hice a drede, pero este fin de semana tenemos una "segunda prueba de restaurante" de postres y tartas. Sé de unos cuantos que se pondrían en mi lugar. Ji, ji!
El chocolate que no falte,te sentará muy bien tu onza de chocolate para estos momentos de tanto ajetreo.Que lo disfrutes y que no tengas después ningún remordimiento,jajaja.Y nada, que vas a estar muy guapa vestida de novia,así que te comas el chocolate y todos los postres y tartas del MAR BLAU.
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